domingo, 9 de marzo de 2014

SOLE

(En diálogo intertextual con el relato de Flor Piedrabuena en http://rosas-magentas.blogspot.com.ar/2014/01/la-p-de-poeta-que-tanto-te-gusta.html )


Allá, vamos allá. Al lado de la columna no me gusta es como que… bueno, te acordás de lo que vimos esa vez. Dale, pasá. Es lindo este lugar, me gusta, con todos los carteles y las lucecitas amarillas. ¿A vos no? Ay, qué desagradable que sos. Bueno, ¿qué pasa? No, no te rías… no, la verdad que no. No me reí, en serio, te lo juro. ¿Por qué me iba a reir? Dejá de reírte… ahora sí. Estás más lindo. Bueno, basta…
¿Qué querías?... No, yo no quiero nada, estamos acá por vos. No puedo responderte eso, no se cómo hacerlo. Ah, eso sí. Pero sabés que te portaste mal, si no no hubiera hecho todo eso, qué se yo. No sabías, creo.
Te callabas, ¿sabés? o hablabas demasiado, como ahora. Sí, bueno… no, eso no, yo nunca te dije eso. ¿Me dejás a mi? Porque me hacés muchas preguntas ahora como si de verdad te interesara saber lo que opino. ¿Qué te agarró? No sé ni en qué pensás cuando me mirás. No sos un misterio, no te confundas… y otra vez, te reís. ¿Sabés? A veces es mejor explicar las sonrisas y no reírse. Sí, ya se que te molestan mis definiciones: porque son justas y crueles, no como esta carita o este culito. ¿Qué? Sí, a veces sí, en eso tenés razón… me pongo colorada. Pero no quieras cambiar de tema.
Querías saber algo y creés que yo te puedo ayudar. Ahora pedís ayuda, nunca creí que la necesitarás la verdad. Sí, claro, esto no es por nosotros, es por vos. Ese podría ser tu slogan. Porque en realidad vos sos eso, un tipo lleno de slogans. Aunque “tipo” te queda raro, y vos lo sabés. No, ahora no me vengas con eso, no me vengas con que sos un tipo común y todas esas cositas porque los tipos comunes se dejan tocar la cabeza al menos. ¿Ves? Otra vez, esas frases sonreídas te delatan.
Sí, hasta ahí llega mi poesía… perdón. ¿No ves que sos un cínico? ¿Qué? Sí, claro que tengo razón. Y si lo sabés ¿por qué seguís haciendo estas cosas? El cinismo es… no sé, ¿cómo te puedo explicar? Tu cinismo es como darse un abrazo a uno mismo: es divertido para algunos, práctico para vos, pero después como que nadie te puede abrazar. ¿Entendés?
Sí, eso. Cinismo es que cojamos y de toque te hagas un té y te sientes en la cama mirándome, esperando que no me quede mirando la ventana. ¿Y qué esperabas? Sí, es eso. Cruzadito de piernas, se te veía bien y yo también, obvio, ahí enfrente, pero ni nuestras rodillas se tocaban. Y vos hablabas, claro…
A veces creo que tenés tanta sensación de que tus palabras no sé, como que acarician… a veces sabés tanto eso que ni te movías para ver si estaba viva. Quizás ni te interesaba… No, claro, seguro que no era así, ¿qué me vas a decir ahora? Pero no me pone mal, eh, ojo. Justo en estos días pensaba en eso: salía de trabajar, muerta, y te tuve pena. Un poquito nomás, así. Hasta que recibí tu carta, claro.
Pero no quiero hablar de eso, ¿qué estabas pensando? No me ibas a asustar ni a enternecer, ya no. ¿Qué?... ¿qué dije?... ¿cuándo? ¿Cómo te acordás de eso? Sí, es cierto. Tenés memoria para las cosas inútiles. Yo no, no sirve la memoria para estas cosas. Igual yo no dije eso que decís, mentira. Pero era cierto, cuando entré a tu casa no me la imaginaba tan linda, qué se yo, y cuando cogimos tampoco. No, yo no dije “oscuro”. Y si lo dije no era eso, todo eso que me escribiste. Si para vos oscuro es violento, no es mi culpa. Sí, claro. Pedí otra, no, negra no. No entiendo, ¿te estás divirtiendo? ¿Ves? En estos momentos es cuando creo que no sos capaz de nada, ni de ternura, ni de sencillez. Está tu cinismo ese, el de tus cejitas…así, exactamente así. Te traería un espejo mirá… Ay ay…
Yo te idealicé, lo sabés, pero es mi problema no el tuyo. Tengo veinte años, ¿qué esperabas? Sí, obvio, los tengo cuando quiero ¿y qué? Vos con tus chistecitos superficiales y tus canciones posmodernas parecés un boludo de 45 que cree que ser adulto es parecer de 19. No, no te hagas el ofendido ahora. Ya no es momento de eso…Nada, pero nada eh, no me devolvías nada ¿entendés? Y no tiene sentido que me lo dés en tus cuentitos, no me sirve. Sí, es cierto, yo también pero yo escribo sobre lo que ya viví, no sobre lo que me gustaría escribir…digo, vivir, como vos.
Y con lo bueno que está tu balcón… vos no eras capaz de salir a sentarte y fumar, o mirar, no. No salías nunca, salvo para coger ¿entendés? Sos…sos así, no sé hasta cuándo… Yo creo que vos podrías ser bueno, con eso alcanza…pero… pero no sé, ya no insulto en mis poemas. No me sale más. Quizá deba leer más a Celine, una vez me lo dijiste pero ¿sabés qué?

Esto no es literatura, pelotudo.

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